viernes, 31 de julio de 2009

La noche

En la noche, los semáforos parecen luces navideñas, que se prenden y se apagan tratando de ser estrellas. Pero no. Nunca serán estrellas, porque son solo luces que tintinean al ritmo de mil canciones terroríficas. Nunca serán estrellas porque son solo luces de colores, que nada tienen que ver con el cielo. Nunca serán estrellas porque son solo luces que están aquí abajo, aquí en la Tierra como todos nosotros, que nunca seremos estrellas. Nunca seremos estrellas. Ni luces. Solo personas. Y no brillaremos.

jueves, 30 de julio de 2009

después de 2666

Esa noche soñó con Benno von Archimboldi. Soñó que era Ingeborg, y que se quedaba con él hasta el final. Soñó con Archimboldi, con Hans Reiter, el hombre del libro, la palabra escrita a quien ahora podía oler y tocar, no solo imaginar. Sus ojos eran más azules y su pelo más rubio y lo abrazó y le dijo vámonos de aquí, que esta historia no termine nunca, que no termine para ninguno de los dos. Y él se fue con ella, y ella le pidió que le leyera una historia, y él lo hizo. Y se quisieron más que nunca, en un abrazo que duró incluso más allá de que cerraran el libro, de que pusieran la pluma en el tintero.
Desaparecieron juntos y no, el sueño no terminó jamás.

miércoles, 29 de julio de 2009

respira

Quiero sentir otra vez
el olor a lejos de casa.

Respirar
ese aroma sin forma
sin casa
sin destino.

Quiero encontrarlo
respirarlo
recordar.

lkyfyreu

re
cor
dar

domingo, 26 de julio de 2009

corto

Tarcila se quedó mirando por la ventana, tratando de imaginarse las cosas más tristes. "La noche es triste", pensó. Pero no pudo llorar.
Prestó atención a los árboles de su jardín, que se mecían con el viento. En la lluvia, que no había parado desde el día anterior. Miró fijamente al cielo sin estrellas, a ese cielo cubierto de nubes moradas que no anunciaba otra cosa que la tempestad. Y siguió sin poder llorar.
Entró a su cuarto, tal vez alguna canción triste pudiera sacar de su estómago ese nudo que no la dejaba hablar. Escuchó un tema tras otro, las melodías más melancólicas, pero no pudo llorar.
Tarcila quería salir. Claudia quería entrar. Tarcila y Claudia se debatían entre si debían sonreír o si lo único que les quedaba esa noche eran las lágrimas. Y no pudieron llorar.
Tarcila volvió a la ventana, buscando más tristezas. "El atardecer es más triste", pensó "no voy a poder llorar". Y no pudo llorar.

jueves, 23 de julio de 2009

teléfono

ah, mira
no vas a contestar
¿y si intento otra vez?
¿10 es mucho?
¿cuánto es suficiente?
¿cuánto es desesperado?
¿quién dijo orgullo?
¿lo estoy usando bien?
¿para esto sirve?
¿para no verte más?

viernes, 10 de julio de 2009

despierta

seguro estaba soñando contigo
y no quería despertar
por eso me quedé dormida