jueves, 28 de agosto de 2014

Lluvia

Llovió.
En su mente
en su alma
en sus ojos
en su piel.

Llovió
pero no
por cuarenta días
y cuarenta noches.

Llovió para siempre
una eternidad.

Llovió
y la lluvia
llegó a todos los rincones
de su vida

inundó el presente
el futuro
y el ayer.

Todo lo manchó

-escampó-
solo en una idea, en
un deseo.

porque,
en realidad,
llovió:
no paró.

jueves, 21 de agosto de 2014

no buscar

Me perdí
entre los árboles
o detrás de un cartel
de prohibido estacionar.

Me fui perdiendo poco a poco
y en el proceso
te fui perdiendo a ti
los fui perdiendo a todos.

Perdí la poca cordura
que me quedaba.
Perdí la respiración,
perdí la sangre.

Me perdí muy lento
casi sin darme cuenta
y cuando lo vi,
llegó el dolor.

Tal vez ya estaba muerta cuando me encontraste entre los escombros del fin del mundo.
Quizás lo que sacaste de entre las piedras era mi cuerpo sin alma.

Y cuando despertamos, éramos ya un recuerdo tan lejano, que casi sonaba ficticio.
Estabas por todas partes, pero no nos reconocimos.

Total,
ya me había perdido
hacía mucho.
¿Qué más daba?

Si era mi cuerpo
o era el tuyo
o era solo un pedazo
del ayer.

Me perdí,
nos perdí,
nos perdimos.
En plural.

jueves, 14 de agosto de 2014

Abrir de ojos

Desperté contigo a mi lado
pero no eras más
que un aire tibio en la almohada.

Tu respiración
no se convirtió
en un abrazo

porque tus manos
estaban ya lejos
de mi cuerpo.

Desperté contigo a mi lado
y no me miraste
ni me dijiste te quiero.

Tu sonrisa
no se transformó
en luz

porque tu boca
ya besaba
otros labios.

Desperté contigo a mi lado
eras tú y no lo eras
pero te escuché claro.

Te supe dentro de mí
en mi cuerpo,
en mi vida, en mi piel.

Y tu olor
no era ya más
que un recuerdo viejísimo.

Desperté
contigo, sin ti
a mi lado.

Volví a dormir
y a despertar
y seguiste ahí,
evidente.
Sin mí.

jueves, 7 de agosto de 2014

olutít nis (setna led)

y cuando llegó al fondo
lo tocó con ambas manos:
lo reconoció
por todos sus rincones,
lo conoció bien.

fue a las partes más oscuras
más lúgubres,
más tenebrosas
y fue feliz allí.

supo sonreír
aún cuando tuvo miedo.
y saberse viva
incluso cuando dejó de respirar.

cuando aprendió -aprehendió-
ese mundo más allá de la vida
volvió a la superficie
más viva que antes.

volvió impulsándose
con su canto
sin ayuda
ni compañía.

volvió plena,
lista para seguir viajando
y explorando los espacios
de aquí y de allá.